Vender bien requiere, básicamente, entender tus productos y entender que necesitan tus clientes. Pero antes de todo eso existe un gran secreto, el secreto de los grandes vendedores, y es algo que ocurre en el interior de su cabeza. Se trata de actitud, actitud para vender. Se trata de lo que piensan y sienten, el concepto que tienen de si mismos, de su empresa, de sus productos y, por supuesto, de sus clientes.
Por encima de todo la venta es cuestión de actitud. Es cómo piensas y sientes. Es sobre todo el enfoque que tienes de ti mismo, de tu empresa, de tus productos y, por supuesto de tus clientes. Al final, para vender bien, necesitas tres ingredientes: confianza, orgullo y atención.
1. Confianza
Vender es confiar, es entender que se puede hacer, que se conseguirá. No quiero decir que tengas fe ciega sino que confies en tus posibilidades.
Vender es confiar, es entender que se puede hacer, que se conseguirá. No quiero decir que tengas fe ciega sino que confies en tus posibilidades.
Pero para ofrecer confianza necesitas confiar en ti ya que lo primero que venderás será a ti mismo. Creer en ti mismo te hará parecer fiable y las personas confían en las personas fiables. Esto no garantizará que hagas la venta pero aumentará mucho tus probabilidades. Si te dedicas a vender y no crees en ti mismo entonces estás condenado al fracaso. Plantéatelo así, si no crees en ti tu cliente lo notará y no creerá en ti ni en lo que le digas. ¿Cómo mejoras la confianza en ti? Estudiando una y otra vez tus productos, tu forma de vender y tus cliente ya que solo así estarás preparado para todo.
2. Orgullo
No se trata de uno de los pecados capitales sino de algo muy importante para el cliente y es el orgullo que muestras acerca de la empresa donde trabajas y acerca de tus productos. Todos entendemos que “en todos lados se cuecen habas” por lo que ver a una persona que se enorgullece de su empresa y de sus productos transmite una seguridad sorprendente. La reacción es algo así como “si que tienen que ser buenos…”
No se trata de uno de los pecados capitales sino de algo muy importante para el cliente y es el orgullo que muestras acerca de la empresa donde trabajas y acerca de tus productos. Todos entendemos que “en todos lados se cuecen habas” por lo que ver a una persona que se enorgullece de su empresa y de sus productos transmite una seguridad sorprendente. La reacción es algo así como “si que tienen que ser buenos…”
3. Atención
La venta es una cuestión de actitud, actitud para centrarse en los problemas de los clientes, para preocuparse de como le ayudarán tus productos y para comprobar que efectivamente es así.
La venta es una cuestión de actitud, actitud para centrarse en los problemas de los clientes, para preocuparse de como le ayudarán tus productos y para comprobar que efectivamente es así.