Problemas entre socios. Causas y soluciones.
Una
sociedad participada al 50% por dos socios que constituyen una SA ó SL
sin ningún tipo de asesoramiento profesional. Así podría comenzar el
denominador común de una historia, entre otras muchas, que concluye con
numerosos problemas entre socios; la crónica de una muerte societaria
anunciada.
Es normal. En los inicios
de una nueva aventura empresarial en la que participan dos o más socios
en el capital social de la mercantil que la instrumenta, lo que suele
abundar es la ilusión y la emoción; pero escasea la sangre fría
necesaria para ser previsor con respecto a un futuro mercantil que, como
la vida misma, da muchas vueltas.
Pero
cuando en casos en los que, como en nuestro ejemplo, llegan las
diferencias de criterio entre los socios, se producen situaciones de
bloqueo que pueden terminar dando al traste con un negocio que en sí
mismo era rentable. La vigente Ley de Sociedades de Capital no es ajena a
este tipo de problemas entre socios, hasta el punto de incluir como
causa expresa de disolución legal de la entidad en cuestión “la paralización de los órganos sociales de modo que resulte imposible su funcionamiento“.
¿Qué hacer ante este tipo de situaciones de bloqueo por problemas entre socios?.
Pues
lo idóneo, pero desgraciadamente lo menos habitual para evitar este
tipo de problemas entre socios que tantas sociedades acaban destruyendo
desde dentro, es haber previsto mecanismos legales de desbloqueo. Estos
mecanismos previos de desbloqueo bien pueden incluirse en los propios
estatutos sociales (derecho de separación del socio) o bien configurarse
vía acuerdos extraestaturarios (estos últimos perfectamente vinculantes
para las partes, pero no oponibles frente a terceros de buena fé por no
ser inscribibles en el Registro Mercantil).
También
ayuda mucho que se evite llegar a este tipo de situaciones, el haber
pactado perfectamente qué competencias asumirá cada socio en la empresa,
cual será la política de dividendos (algo que puede hacerse constar en
los estatutos), contar con la mediación de terceros no socios
(independientes) en el órgano de administración, y otra serie de
factores sensibles en el devenir mercantil de la empresa.
Pero
si no se ha tomado ningún tipo de cautela para prevenir problemas entre
socios (algo bastante habitual), la recomendación es siempre mantener
la cabeza fría y tratar de llegar a un acuerdo razonable para ambas
partes en las que las mismas deben asumir que ninguna de ellas verá
cumplidas el 100% de sus pretensiones. En este sentido, es aconsejable
delegar las negociaciones de separación entre los socios en
profesionales ajenos a las rencillas y factores subjetivos que alimentan
la situación de bloqueo.
Lo
contrario, dejarse llevar por la decepción y frustración inherentes a un
negocio cuyo socio nos termina saliendo rana, suele conducir a una
interminable batalla de acciones legales, actas notariales,
convocatorias extraordinarias, concursos de acreedores o disoluciones y
liquidaciones judiciales que malvenden los activos de la compañía en
pésimas condiciones para sus propietarios.
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