Ejecutivo: este término lo relacionamos con posiciones de Dirección; sin embargo de acuerdo al Diccionario de Lengua Española; el ser ejecutivo, se refiere a aquél que no da espera, ni difiere la ejecución, es decir, la acción.
Por otro lado, el mismo diccionario define el término vida como: Modo de vivir en orden a la profesión, empleo u ocupación y Alimento necesario para vivir o mantener la existencia.
Un ejecutivo en la vida es aquél que se hace cargo y se responsabiliza por aquello que le permita tener un modo de vida y que además sea alimento para mantener la existencia.
Dado que el título que da origen a este artículo resulta ser el slogan del despacho a mi cargo, la gente con frecuencia me pregunta, “¿a qué te refieres con eso?” o escucho cosas como: “Me gusta cómo se oye, pero ¿cómo es eso de ser ejecutivo en la vida y humano en el trabajo?”.
Con afán de dar respuesta a esas inquietudes es que escribo este artículo.
Me gustaría empezar por el término Ejecutivo. Por lo general, y sobretodo en el ámbito de negocios, este término lo relacionamos con posiciones de Dirección; sin embargo de acuerdo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española; el ser ejecutivo, entre otras aseveraciones se refiere a aquél que no da espera, ni difiere la ejecución, es decir, la acción.
Por otro lado, el mismo diccionario define el término vida como: (1) Modo de vivir en orden a la profesión, empleo, oficio u ocupación y (2) Alimento necesario para vivir o mantener la existencia.
De tal forma que desde mi perspectiva, un ejecutivo en la vida es aquél que se hace cargo y se responsabiliza por aquello que le permita tener un modo de vida y que además sea alimento para mantener la existencia.
Nos queda por responder, qué es ser humano en el trabajo. Más allá de en el trabajo, es importante entender que el término humano se refiere a personas y ese es el primer punto, somos personas y tratamos con personas dentro y fuera del trabajo. Pero a veces, algunos ejecutivos piensan en “la gente” como un ente, con la obligación de cumplir, es cierto, hay una obligación, pero esta es remunerada, lo cual también genera derechos.
Con estos dos antecedentes es importante recordar que la moneda siempre tiene dos caras y que Antes de reaccionar ante la que sabemos o creemos conocer, debemos conocer la otra, para tomar una decisión de mayor calidad, pero sobretodo, para hacer sentir personas a aquellos con las que trabajamos, porque una mala decisión no sólo restará imagen de autoridad ante nuestros subordinados, sino que generará una desmotivación y falta de credibilidad que será difícil volver a recuperar.
De esta manera me surge la pregunta, ¿cuáles son los errores que, como jefe, se cometen con más frecuencia y que repercuten en una desmotivación o desgano por parte de los subordinados? He aquí el resultado de mi cuestionamiento, que espero en aras del desarrollo propio y de los demás, los evite, para lo que además le diré cómo hacerlo.
1. Dar por hecho que la gente sabe
Como en todo proceso de comunicación, es importante no suponer, sino asegurarse; el hecho que la gente tenga un puesto determinado, no garantiza que sepa. La primer pregunta es ¿quién le enseñó? Y la siguiente ¿cómo aprendió? Las personas por naturaleza, por miedo o por pena difícilmente reconocerán ante un superior que no saben hacer las cosas. ¿Cómo evitarlo? Dedicarle tiempo a los empleados, enseñarles y asegurarse que lo hayan aprendido y entonces sí, estará listo para pedirle eso que le enseño y tener confianza en que lo entregará sabiéndolo hacer y sin errores y más allá de esto, se seguirá el principio de que una hora invertida en enseñar, ahorrará 4 ó 5 a la hora de ejecutar.
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