Miles de mujeres vestidas de negro protestaron este lunes en Polonia contra la ley tramitada en el Parlamento que prevé prohibir el aborto e imponer penas de cárcel a quienes lo practiquen. La jornada ha sido denominada "Lunes Negro", e incluso varias empresas polacas dieron el día libre a sus empleadas en solidaridad con la protesta, que a través de las redes sociales había pedido a todas las mujeres del país "ausentarse del trabajo, alegar enfermedad o cualquier otro pretexto" para sumarse a las marchas.
Distintos colectivos habían convocado a las polacas a una huelga general y Varsovia fue el escenario de las principales protestas, que culminaron con una manifestación en el centro de la ciudad en la que, a pesar de la intensa lluvia, participaron miles de personas. Antes, desde primera hora de la mañana, grupos de mujeres vestidas de negro recorrieron las calles de las principales ciudades polacas con carteles donde demandaban el derecho a decidir sobre su propio embarazo y más libertad sexual. Se sucedieron también los mensajes contra el partido gobernante Ley y Justicia, la fuerza nacionalista conservadora que gobierna el país tras lograr mayoría absoluta en octubre de 2015.
"¡Paremos a los fanáticos!", "¡Queremos médicos, no misioneros!" o "Mi cuerpo, mi elección", fueron algunos de los lemas que corearon las manifestantes. Entre ellas se encontraban feministas, pro-abortistas, pero también católicas practicantes que, sin defender la liberalización total de la interrupción voluntaria del embarazo, sí consideran que las mujeres deben tener plena libertad para decidir en situaciones como una violación o la malformación del feto.
"Es inadmisible que nos puedan impedir tomar una decisión así, el Estado no puede arrogarse la capacidad de decidir nuestro futuro, y menos unos políticos como los que gobiernan Polonia", explicó a Efe la abogada y activista feminista Karolina Wiekiewic, participante en las protestas de este lunes en Varsovia.
"Sentimos, como mujeres, que desprecian nuestra vida y nuestra opinión, que nos convierten en simples madres antes que en personas con derecho a vivir una vida plena, así que hay que posicionarse y salir a la calle", dijo a Efe otra de las manifestantes, Ewelina Milanowska.
El detonante de la protesta tuvo lugar el pasado 23 de septiembre, cuando el Parlamento polaco admitió a trámite una iniciativa popular que propone prohibir la interrupción voluntaria del embarazo, penas de cárcel para las mujeres que aborten, mayores castigos para los médicos e incluso la apertura de investigación en los casos de aborto natural.
El partido Ley y Justicia, fuerza cercana a los postulados de la Iglesia Católica, permitió aprobar esta iniciativa gracias a su mayoría absoluta en la Cámara baja. A lo largo de la jornada varios grupos de mujeres se concentraron ante las puertas de la sede del partido para exigir a sus dirigentes que den marcha atrás en la tramitación de la ley.
La actual legislación polaca, que data de 1993 y es considerada una de las más restrictivas de Europa, sólo permite la interrupción del embarazo en caso de violación o incesto, cuando representa un riesgo para la salud de la madre y cuando el feto presenta malformaciones graves. Los datos oficiales indican que alrededor de mil polacas abortan cada año en el país, aunque organizaciones feministas como la Federación para la Mujer y la Planificación Familiar creen que la cifra real se sitúa en 150.000 casos.
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