ALAN : EL NARRADOR DE CUENTOS, CHARLATÁN PROFESIONAL.....
MENTIROSO, PILLO, CONCHUDO, AQUÍ UN RECUENTO DE LAS MARAVILLAS DE SU ANTERIOR GOBIERNO, QUE NO DEBEMOS DE OLVIDAR JAMAS.....
García Pérez, un social demócrata de 62 años, decidió limpiar su apellido y el nombre de su partido (Apra) intentando no repetir los errores de su primer gobierno, cuando la inflación se disparó y hundió al país en una gran deuda externa debido al mal manejo económico.
En su segundo chanche frente al poder enmendó sus yerros en el aspecto financiero, llegando incluso a tener productividad, grados de inversión, inserción del Perú en el mercado internacional con tratados de comercio y un crecimiento sostenido de hasta 8% en plena crisis económica mundial.
Por otro lado, los índices de corrupción en el gobierno aprista poco favor hizo a la clase política de por sí venida a menos. Uno tras otro los compañeros no dejaron de ofrecer las carnecitas para que la prensa –en su deber de informar- desenmarañara negociados oscuros en las más altas esferas del poder, atentando contra los recursos del Estado, fondos públicos, el debido proceso, entre otros.
A continuación un rápido repaso por los escándalos que nos dejó el segundo, pero quizá no último, gobierno ‘Alanista’.
Patrulleros Gildemeister
-En febrero del 2007, Pilar Mazzetti renunció a la cartera del Interior, siendo la primera ministra de García Pérez en renunciar al cargo. Su dimisión se debió a las irregularidades en la compra de 469 patrulleros a la empresa Gildemeister, con una sobrevaluación de más de 9 millones 700 mil nuevos soles.
Ambulancias sobrevaluadas
-En marzo de ese mismo año, el entonces titular del Ministerio de Salud, Carlos Vallejos, incurrió en el mismo error. Su sector adquirió 96 ambulancias a la misma empresa que en el caso anterior, pagando S/.2.3 millones más de lo que su despacho había planeado invertir en estos vehículos.
Arana y ‘Agua para los suyos
-Por esas fechas, el titular de Vivienda y Construcción, Hernán Garrido Lecca, aceptaba la renuncia del director ejecutivo del programa Agua para Todos, Carlos Arana, luego que se viera involucrado en jugosas licitaciones a favor de la empresa constructora MPM S.A.
El cuento chino de los patrulleros
-En agosto del 2007, era Luis Alva Castro quien al frente del sector Interior se veía envuelto en una cuestionada compra de 698 patrulleros chinos. Alan García blindó a su copartidario y finalmente se declaró, ante la presión mediática, desierta dicha compra.
SIS se embolsó recursos para el sur
-Tras el terremoto que azotó Pisco en agosto del 2007, el Sistema Integral de Salud (SIS) estuvo bajo la lupa del Congreso y la Contraloría, cuando se develó las compras en alimentos sobrevaloradas por S/. 19 millones, que supuestamente iban a ser enviadas a los damnificados del sur. Este caso llevó a prisión al presidente del SIS, Julio Espinoza Jiménez; pero tiempo después Alan García le otorgó un cuestionado indulto humanitario cuando todo parece indicar que gozaba de buena salud.
Banmat y el reparto de tierras
-En abril del 2008, el presidente García cesó al directorio en pleno del Banco de Materiales (Banmat), debido a que los jefes de departamento y trabajadores se beneficiaron con casas del programa Vivienda para Todos, a pesar de percibir sueldos superiores a los 10 mil soles y ser propietarios ya de otros inmuebles.
El gran Faenón
-El más sonado caso de corrupción de la gestión aprista tuvo lugar en octubre del 2008. Todo el Gabinete ministerial, encabezado por Jorge del Castillo, puso su cargo a disposición del presidente García. El incidente que provocó estos hechos: Los famosos ‘Petroaudios’. Estos revelaron un negociado para entregar la concesión de cinco lotes petrolíferos a la compañía noruega Discover Petroleum. En los lobbies estarían involucrados altos personajes del gobierno.
‘Baguazo’
-El 2009 no estuvo limpio de casos que lamentar. En junio de ese año, policías e indígenas se enfrentaron desatando el terror en Bagua. Los primeros buscaban liberar un puente tomado, los segundos pedían ser escuchados a punta de lanzas y hachas. Como saldo trágico 33 peruanos perdieron la vida; 10 civiles y 23 policías, cabe agregar que hasta hoy un efectivo se encuentra en calidad de desaparecido. Este hecho generó la interpelación del premier Yehude Simon, la titular del Interior, Mercedes Cabanillas, y la de Comercio Exterior y Turismo, Mercedes Aráoz.
Que sí, que no; Indulto a Crousillat
-En marzo del 2010, mediante una resolución suprema el Ejecutivo dejó sin efecto la gracia presidencial concedida al empresario televisivo José Enrique Crousillat, luego que la prensa demostrara que no tenía problemas de salud. Este escándalo le costó el cargo al aprista Aurelio Pastor que tuvo que ser removido del despacho de Justicia.
Corrupción en Cofopri
-En abril del 2010, Alan García calificaba como un “acto de corrupción asqueroso” a la irregular venta de un terreno a un presunto traficante de tierras por parte Cofopri. Este escándalo conllevaría a la desarticulación de la entidad al comprobarse los negociados en todas las regiones que habían venido haciendo sus jefes zonales, en su mayoría militantes apristas. Omar Quesada, dirigente aprista tuvo que dejar la dirección de Cofopri ante tamaño escándalo.
Barrios y su autodespido de Essalud
-En noviembre del 2010, los compañeros le seguían dando dolores de cabeza a García Pérez. Fernando Barrios renunció al Ministerio del Interior luego que se hiciera público que a través de una maniobra cobró la cuantiosa suma de 198 mil soles por concepto de despido arbitrario de Essalud, un día antes de ser designado titular del Interior.
Zumaeta y sus escoltas
-Un mes antes de dejar la Banda Presidencial, Alan García tuvo que ver envuelto a otro dirigente aprista en un escándalo. Esta vez se trataba del titular del Congreso, César Zumaeta. Un informe periodístico destapó que el jefe de su escolta cobraba cupos a jovencitas para darles trabajo en el Poder Legislativo.
Otras joyas ‘Alanistas’
Como datos curiosos valdría recordar otros embrollos a los que tuvo que hacerle frente el gobernante aprista. El reconocimiento público de su hijo Federico Danton, a inicio de su gestión, lo que habría desencadenado su posterior “crisis matrimonial” con Pilar Nores; su cuestionado Cristo del Pacífico para el que voluntariamente donó unos S/.100 mil; y su tan comentado artículo ‘El perro del hortelano’. A esto habría que sumarle su desafortunada expresión al hacer la odiosa distinción entre ciudadanos de primera y segunda categoría o la famosa frase “la plata viene sola”, intentando posteriormente corregir sus dichos, sin éxito.
Cinco años donde hubo de todo un poco, y donde Alan García –haciendo gala de su “ego colosal”, según un Wikileaks- intentó hacer las cosas bien, a veces apresuradamente como su última semana de inauguraciones monumentales donde algunas de sus obras fueron presentadas en sociedad antes de estar concluidas.
¿Le darías una nueva oportunidad?
NI BORRACHOS VOTARIAMOS LOS PERUANOS POR ESTE PAYASO REPUBLICANO, FANFARRON, CINICO,
MATANZA DE ACCOMARCA
Pocos días después de que Alan García Pérez asumiera la
Presidencia de la República, en 1985, un atroz crimen estremeció Ayacucho. La
comunidad de Accomarca, ubicada en la provincia de Vilcashuamán, fue el
escenario donde la sangre de los comuneros se entremezcló con balas, incendios
y granadas de los efectivos militares. La masacre dejó sesenta y nueve
pobladores muertos, así como un largo camino para que la justicia alcance a sus
familias.
Los hechos
Al recibir información de presencia terrorista en la
comunidad de Accomarca (Vilcashuamán), el Jefe del Comando Político Militar de
Ayacucho, Wilfredo Mori Orzo ordenó la elaboración de un plan cuyo propósito
consistía en la captura y/o destrucción de elementos terroristas existentes en
la quebrada de Huancayocc. De esta manera nace el denominado "Plan
Huancayocc"
Así, el 9 de agosto de 1985, efectivos del ejército
llegaron a San Sebastián de Huamanmarca, distrito de Huambalpa, donde además de
asesinar a ocho personas, saquearon y quemaron sus viviendas. En Lloclla,
Huancayoc, Pitecc y Ahuaccpampa siguieron sus incursiones. Así, antes de
retirarse a Vilcashuamán, habrían asesinado a Seferino Baldeón Palacios, Pelayo
Quispe Palacios y Cornelio Quispe Baldeón.
En los días siguientes, las patrullas del Ejército
continuaron ocasionando desmanes en Quinuas, Runcua y Pitecc, donde se
encontraron con otras patrullas que llegaron de Vilcashuamán y Huambalpa.
Entonces enrumbaron hacia Accomarca, adonde llegaron a las cinco y treinta de
la tarde.
En la mañana del 14 de agosto, las patrullas del
subteniente EP Telmo Hurtado Hurtado y la del teniente EP Juan Rivera Rondón
-aproximadamente 25 efectivos- bajaron a Llocllapampa, ubicado a tres
kilómetros de Accomarca. Ahí, bajo el pretexto de una asamblea, los militares
reunieron a 69 comuneros en la plaza de dicho poblado.
Los agruparon en tres viviendas, previa separación de
hombres, mujeres y niños: a los hombres los encerraron en la casa de Cipriano
Gamboa, a las mujeres en la casa de César Gamboa y a los niños los llevaron a
la casa de Rufina de La Cruz. Pero, tal como indican los testigos, las mujeres
fueron llevadas previamente a una acequia en donde las habrían violaron. Ello
se deduce de los gritos que escucharon los comuneros mientras permanecían
escondidos entre los matorrales.
Los militares acusaron a los pobladores de terroristas,
ya que tenían referencias de que en Llocllapampa funcionaban dos escuelas
populares y un centro de abastecimiento senderista, con municiones, alimentos y
frazadas. Luego empezaron los disparos y tras ello, la desesperación. Las
mujeres gritaban aterrorizadas, los ancianos pedían auxilio, los niños
lloraban. Sin embargo los efectivos no cesaban en su accionar, por el
contrario, procedieron a incendiar las viviendas y finalmente les lanzaron
granadas.
A las cuatro de la tarde, los efectivos se retiraron. Los
pobladores que habían logrado escapar regresaron al lugar y observaron la
horrible escena: 39 adultos y 23 niños ejecutados.
Pero la masacre aún no había terminado. En las
semanas siguientes fueron asesinados varios testigos
del múltiple crimen con el evidente propósito de
ocultarlo y sustraer a los responsables de la acción de
la justicia.
Así, el 8 de setiembre, efectivos militares mataron a
Brígida Pérez Chávez y a su hijo Alejandro Baldeón, testigos de la matanza de
Accomarca. Al día siguiente, efectivos el ejército del cuartel de Vilcashuamán
detuvieron a Martín Baldeón Ayala, de 66 años de edad y lo llevaron a la base
de Vilcashuamán. Diariamente, su esposa Paulina Pulido Palacios acudía al
cuartel para entregarle alimentos. Pero el 16 de setiembre fue detenida. Nunca
más se supo del paradero de ambos.
La investigación
El 11 de setiembre de 1985, el Senado nombró una comisión
investigadora presidida por Javier Valle Riestra que tenía como propósito,
investigar las matanzas de Pucayacu y Accomarca.
Dos días después de nombrada la comisión, el entonces
diputado Fernando Olivera encontró ocultos los cuerpos de cinco personas -sin
rigor mortis, sangrantes, asesinadas a balazos- en nichos del cementerio de
Accomarca. Según el testimonio de Viviana Baldeón Pulido, horas antes del
arribo de la comisión investigadora, militares habrían llegado a la zona y
eliminado a los testigos.
Como parte de sus indagaciones la comisión senatorial
entrevistó al subteniente Telmo Hurtado en el cuartel "Los Cabitos"
(Ayacucho). Hurtado no mostró arrepentimiento alguno por lo ocurrido e incluso
llegó a justificar el asesinato de niños aduciendo que los comunistas iniciaban
el adoctrinamiento de sus seguidores desde muy temprana edad.
El 12 de octubre, la comisión investigadora emitió su
informe final. Concluyó que en el caso Accomarca-Llocllapampa, se perpetró un
delito común y no castrense, que es probable que la cifra de víctimas fuera de
aproximadamente 69 y que no se demostró si hubo violación sexual. Asimismo,
indicó que era necesario estudiar si los autores materiales actuaron en virtud
de órdenes verbales o si sus acciones respondieron a la formación recibida.
Acciones Judiciales
El 17 de setiembre, el fuero militar abrió instrucción
contra el Sub Teniente Telmo Hurtado y otros militares por abuso de autoridad y
homicidio en agravio de 69 civiles fallecidos en Accomarca. Simultáneamente, el
juez instructor ad hoc abrió instrucción por homicidio calificado.
Pese a que la responsabilidad de los altos mandos y
mandos intermedios estaba clara en la matanza de Accomarca -en tanto era
producto de la política dirigida desde el Estado a través del Presidente de la
República y los altos mandos del Ejército y Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas- el caso fue ventilado en la justicia militar por decisión de la Corte
Suprema, en marzo de 1986. En ese fuero, Telmo Hurtado fue absuelto de los
delitos de homicidio, negligencia y desobediencia, y sólo fue condenado -por
abuso de autoridad- a seis años de prisión y al pago de 500 soles por concepto
de reparación civil a los deudos de las víctimas. El resto de efectivos
militares fue absuelto.
Siete años más tarde, el Consejo Supremo de Justicia
Militar, confirmó la sentencia y la reparación otorgada. Para entonces Telmo
Hurtado ya ostentaba el grado de capitán. Posteriormente, en mayo de 1999, la
prensa informó que Hurtado laboraba normalmente en la Sexta Región Militar del
Ejército y que incluso ya había ascendido a mayor.
Todas las reacciones y acciones de las Fuerzas Armadas y
del propio presidente Alan García -quien ofreció modificar la política
subversiva pero los posteriores atropellos y violaciones a los derechos humanos
comprueban que no lo hizo- se dirigieron a encubrir los hechos y a encontrar un
chivo expiatorio -Telmo Hurtado- quien pese a su responsabilidad en el caso no
es el único implicado. Los altos mandos y mandos intermedios, así como todos
los que participaron en la planificación, coordinación, ejecución y
encubrimiento de este crimen de lesa humanidad tienen una deuda pendiente con
la justicia y con la nación.
Lima, 3 de febrero de 2005
Área de Comunicación
APRODEH
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