Las formas básicas de la gerencia eficiente: el costo y la calidad
La calidad es un conjunto de cualidades o propiedades de un producto que condiciona su utilidad para satisfacer determinadas necesidades productivas y personales.
En su sentido más amplio la calidad es algo que puede mejorarse. Cuando se habla de calidad se tiende a pensar primero en términos de calidad del producto, o sea, la cuestión tecnológica, pero existe la cuestión social a la cual los japoneses le dan gran importancia, pues la calidad también significa ayudar a los individuos a ser conscientes del mejoramiento continuo en la vida personal, familiar, social y de trabajo; es decir, un mejoramiento continuo que involucra a todos: gerentes y trabajadores por igual.
No se puede hablar de calidad sin tener en cuenta el control integral de costos, precios y utilidades. Al mejorar la calidad, aumenta la productividad porque se efectúan menos procesos y hay menos desperdicios, decrecen los costos, pues hay menos equivocaciones y retrasos, se utiliza mejor el tiempo y los materiales. Como resultado, ocurre una reacción en cadena: el aumento de la productividad permite por un lado penetrar en los mercados, mejorar la calidad y por el otro bajar los precios y consecuentemente, permanecer en el negocio; es decir, se entra en la competencia, lo cual crea las bases para el desarrollo posterior.
Según el doctor Ishikawa, destacado ingeniero japonés, el control de la calidad consiste en desarrollar, diseñar, manufacturar y mantener un producto de calidad que sea más útil y siempre satisfactorio para el consumidor. Exige, por tanto, una interpretación más amplia de la información del proceso de la empresa por otra parte de todos los trabajadores, los ingenieros, los gerentes y los ejecutivos.
La calidad comienza con el proceso de reducción del costo y si no se realiza un análisis interrelacionado, entonces no vale la pena, el análisis no resulta; se basa en la tecnología, pero sólo con ésta no se garantiza la calidad. Para hacer el control de la calidad hay que emplear el mencionado control como base, conocer los costos, los precios, las utilidades y el control integral de todo esto, unido al control del volumen de producción, ventas y existencias, así como las fechas de entrega, la cantidad de desechos, el número de defectos o correcciones necesarias para ir llevando la estadística con las incidencias y disminuirlas.
La oferta insuficiente de un producto demandado será tan perjudicial para los clientes, como la oferta excesiva, pues implica un mal control y el desperdicio de mano de obra, materias primas, energía, etcétera. No hay un buen control del volumen de la producción si siguen las fluctuaciones en el porcentaje defectuoso o si se rechaza un lote completo. Por eso se dice que el control de los costos y el control de la calidad son dos caras de una misma moneda y para hacer un buen control de una es necesario controlar bien la otra.
Una de las cuestiones fundamentales en que se basa el control de la calidad japonesa es que no hay normas perfectas, sean nacionales, internacionales o de una empresa, pues éstas por lo general contienen defectos inherentes, ya que los requisitos de los clientes cambian continuamente y año tras año se exige una mayor calidad. Las normas son adecuadas en el momento de fijarlas, pero se tornan anticuadas con rapidez; en la práctica es necesario revisarlas y mejorarlas constantemente con la finalidad de cumplir de manera satisfactoria los requisitos de los consumidores.
El control de calidad japonés constituye una revolución y un nuevo concepto en el pensamiento de la gerencia. Las características del control de la calidad nipona que lo distinguen del control de la calidad occidental son las siguientes:
1. Control de la calidad en toda la empresa con la participación de todos los miembros de la organización.
2. Educación y capacitación en control de la calidad.
3. Actividades de los círculos de control de la calidad.
4. Auditoria de control de la calidad.
5. Utilización de métodos estadísticos.
6. Actividades de promoción del control de la calidad a escala nacional.
En esta concepción se plantea la necesidad de dar educación en control de la calidad a todos los empleados: desde el presidente, hasta los obreros de línea es necesario variar el razonamiento de todos y repetir la educación y la capacitación dentro y fuera de la empresa de modo indefinido, así llevaron a cabo los japoneses el control de la calidad. Para lograr estos objetivos el interés principal de la empresa debe ser la felicidad de las personas y, como primera medida, recibir un ingreso adecuado.
Por otra parte, los consumidores deben sentirse satisfechos y contentos cuando compran y utilizan los bienes y servicios de la empresa, los obreros en ningún caso pueden pensar que los mecanismos de control de la calidad son para controlar su trabajo. En Japón hay entidades privadas para promover actividades de control de la calidad: grupo de investigaciones en control de la calidad, el comité del mes de la calidad, la sede de círculos de control de la calidad.
Los japoneses no controlan la calidad para proyectar solamente las exportaciones, sino que para ellos la calidad trasciende la empresa, es una relación social de producción, un proceso, es una reserva para la reducción del costo de producción, como forma más dinámica de lograr mantener su competitividad. El control de la calidad constituye una revolución conceptual de la gerencia, pues el administrar sobre la base del respeto al cliente puede incrementar el grado de satisfacción de las necesidades de los consumidores, tanto en medios de producción, como en medios de consumo. Los nipones introducen los avances científico-técnicos a la producción con rapidez provocando una inigualable sustitución compatible. La industria japonesa se basa en ofertar artículos de calidad a precios bajos debido a un trabajo esforzado y a una producción masiva, eficaz y muy competitiva.
En 1962 se comenzaron a constituir los círculos de control de la calidad. Ellos están formados por pequeños grupos que desarrollan actividades de control de la calidad dentro de un mismo taller o puesto de trabajo; llevan a cabo continuamente, como parte de las actividades de control de la calidad en toda la empresa, el auto desarrollo y desarrollo mutuo, el control y mejoramiento dentro del taller utilizando técnicas de control de la calidad con la participación de todos los miembros.
Las ideas básicas de los círculos de control de la calidad son:
1. Contribuir el mejoramiento y desarrollo de la empresa.
2. Respetar al hombre y crear un lugar de trabajo agradable donde valga la pena estar.
3. Ejercer las capacidades humanas plenamente y con el tiempo aprovechar sus capacidades infinitas.
La calidad es un conjunto de cualidades o propiedades de un producto que condiciona su utilidad para satisfacer determinadas necesidades productivas y personales.
En su sentido más amplio la calidad es algo que puede mejorarse. Cuando se habla de calidad se tiende a pensar primero en términos de calidad del producto, o sea, la cuestión tecnológica, pero existe la cuestión social a la cual los japoneses le dan gran importancia, pues la calidad también significa ayudar a los individuos a ser conscientes del mejoramiento continuo en la vida personal, familiar, social y de trabajo; es decir, un mejoramiento continuo que involucra a todos: gerentes y trabajadores por igual.
No se puede hablar de calidad sin tener en cuenta el control integral de costos, precios y utilidades. Al mejorar la calidad, aumenta la productividad porque se efectúan menos procesos y hay menos desperdicios, decrecen los costos, pues hay menos equivocaciones y retrasos, se utiliza mejor el tiempo y los materiales. Como resultado, ocurre una reacción en cadena: el aumento de la productividad permite por un lado penetrar en los mercados, mejorar la calidad y por el otro bajar los precios y consecuentemente, permanecer en el negocio; es decir, se entra en la competencia, lo cual crea las bases para el desarrollo posterior.
Según el doctor Ishikawa, destacado ingeniero japonés, el control de la calidad consiste en desarrollar, diseñar, manufacturar y mantener un producto de calidad que sea más útil y siempre satisfactorio para el consumidor. Exige, por tanto, una interpretación más amplia de la información del proceso de la empresa por otra parte de todos los trabajadores, los ingenieros, los gerentes y los ejecutivos.
La calidad comienza con el proceso de reducción del costo y si no se realiza un análisis interrelacionado, entonces no vale la pena, el análisis no resulta; se basa en la tecnología, pero sólo con ésta no se garantiza la calidad. Para hacer el control de la calidad hay que emplear el mencionado control como base, conocer los costos, los precios, las utilidades y el control integral de todo esto, unido al control del volumen de producción, ventas y existencias, así como las fechas de entrega, la cantidad de desechos, el número de defectos o correcciones necesarias para ir llevando la estadística con las incidencias y disminuirlas.
La oferta insuficiente de un producto demandado será tan perjudicial para los clientes, como la oferta excesiva, pues implica un mal control y el desperdicio de mano de obra, materias primas, energía, etcétera. No hay un buen control del volumen de la producción si siguen las fluctuaciones en el porcentaje defectuoso o si se rechaza un lote completo. Por eso se dice que el control de los costos y el control de la calidad son dos caras de una misma moneda y para hacer un buen control de una es necesario controlar bien la otra.
Una de las cuestiones fundamentales en que se basa el control de la calidad japonesa es que no hay normas perfectas, sean nacionales, internacionales o de una empresa, pues éstas por lo general contienen defectos inherentes, ya que los requisitos de los clientes cambian continuamente y año tras año se exige una mayor calidad. Las normas son adecuadas en el momento de fijarlas, pero se tornan anticuadas con rapidez; en la práctica es necesario revisarlas y mejorarlas constantemente con la finalidad de cumplir de manera satisfactoria los requisitos de los consumidores.
El control de calidad japonés constituye una revolución y un nuevo concepto en el pensamiento de la gerencia. Las características del control de la calidad nipona que lo distinguen del control de la calidad occidental son las siguientes:
1. Control de la calidad en toda la empresa con la participación de todos los miembros de la organización.
2. Educación y capacitación en control de la calidad.
3. Actividades de los círculos de control de la calidad.
4. Auditoria de control de la calidad.
5. Utilización de métodos estadísticos.
6. Actividades de promoción del control de la calidad a escala nacional.
En esta concepción se plantea la necesidad de dar educación en control de la calidad a todos los empleados: desde el presidente, hasta los obreros de línea es necesario variar el razonamiento de todos y repetir la educación y la capacitación dentro y fuera de la empresa de modo indefinido, así llevaron a cabo los japoneses el control de la calidad. Para lograr estos objetivos el interés principal de la empresa debe ser la felicidad de las personas y, como primera medida, recibir un ingreso adecuado.
Por otra parte, los consumidores deben sentirse satisfechos y contentos cuando compran y utilizan los bienes y servicios de la empresa, los obreros en ningún caso pueden pensar que los mecanismos de control de la calidad son para controlar su trabajo. En Japón hay entidades privadas para promover actividades de control de la calidad: grupo de investigaciones en control de la calidad, el comité del mes de la calidad, la sede de círculos de control de la calidad.
Los japoneses no controlan la calidad para proyectar solamente las exportaciones, sino que para ellos la calidad trasciende la empresa, es una relación social de producción, un proceso, es una reserva para la reducción del costo de producción, como forma más dinámica de lograr mantener su competitividad. El control de la calidad constituye una revolución conceptual de la gerencia, pues el administrar sobre la base del respeto al cliente puede incrementar el grado de satisfacción de las necesidades de los consumidores, tanto en medios de producción, como en medios de consumo. Los nipones introducen los avances científico-técnicos a la producción con rapidez provocando una inigualable sustitución compatible. La industria japonesa se basa en ofertar artículos de calidad a precios bajos debido a un trabajo esforzado y a una producción masiva, eficaz y muy competitiva.
En 1962 se comenzaron a constituir los círculos de control de la calidad. Ellos están formados por pequeños grupos que desarrollan actividades de control de la calidad dentro de un mismo taller o puesto de trabajo; llevan a cabo continuamente, como parte de las actividades de control de la calidad en toda la empresa, el auto desarrollo y desarrollo mutuo, el control y mejoramiento dentro del taller utilizando técnicas de control de la calidad con la participación de todos los miembros.
Las ideas básicas de los círculos de control de la calidad son:
1. Contribuir el mejoramiento y desarrollo de la empresa.
2. Respetar al hombre y crear un lugar de trabajo agradable donde valga la pena estar.
3. Ejercer las capacidades humanas plenamente y con el tiempo aprovechar sus capacidades infinitas.
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