martes, 10 de julio de 2012
CORTESIA EN LA MESA
La puntualidad en la mesa es la primera norma a respetar en cualquier país.
La limpieza que se exige a los alimentos nos la debemos exigir a nosotros mismos al sentarnos a la mesa. Antes y después de comer siempre es de obligado cumplimiento lavarse las manos.
La educación desde la misma base debe llevar implícita una gran valoración por todos los alimentos, conociendo la dificultad que muchas personas tienen en el mundo para comer asiduamente.
Comer despacio forma parte del comer bien. Mientras se mastica, no se habla. Cuando nos levantemos de la mesa por cualquier motivo, nos excusaremos adecuadamente.
Hay que saber sentarse a la mesa y por supuesto utilizar los brazos para comer, no para descansarlos sobre la mesa. Los codos no se ponen encima de la mesa y tampoco se esconderán las manos debajo de la misma.
Los alimentos se llevan a la boca, es decir, no se lleva la boca hacia los alimentos (no hay que inclinarse hacia el plato).
A un buen comensal se le distingue por el buen uso que haga de los cubiertos (como los coge y utiliza).
La servilleta se extiende bien sobre las rodillas y, cuando se acabe de comer, se deja a la derecha del plato, sin doblar.
Siempre que nos sirven hay que dar las gracias y nadie empieza a comer hasta que todo el mundo esté servido. Empieza a comer el presidente (en las comidas oficiales), la anfitriona (en la casa) o los novios (en la boda).
Tanto en la mesa en casa como en el restaurante las cosas se piden siempre "por favor".
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